Cyber Monday y sus problemas de marca registrada

Cyber Monday y sus problemas de marca registrada

Lunes otra vez, sobre la ciudad. La gente que ves compra en soledad, especialmente un lunes al año, en el Cyber Monday, un lunes especial para el comercio electrónico en Argentina.

En su tercera edición, esta iniciativa de la CACE (Cámara Argentina de Comercio Electrónico) ya se ha convertido en una campaña esperada por miles y miles de clientes, medios de prensa y simples observadores que esperan una nueva edición para comprar, mirar, investigar, analizar y criticar uno de los eventos que más impacto tiene en el sector.

Para no ser repetitivo y dado que cubrí la mayor parte de la problemática principal de estos eventos en una publicación anterior sobre el Hot Sale (el hermanito menor del Cyber Monday) en esta ocasión voy a comentar algunos aspectos que me llamaron la atención a partir de un par de artículos publicados en otros medios.

Unos cuantos días antes del lanzamiento de la campaña, el Diario La Nación publicó una breve nota anticipando la misma. El enfoque del artículo me llamó poderosamente la atención  ya que hace referencia a las medidas que se tomarían en esta edición para “intentar enmendar los problemas que tuvieron las ediciones anteriores”. Sin autocríticas serias hasta ahora y con el foco siempre puesto en los crudos números de ventas, el solo hecho de referirse a las modificaciones que se plantearon para evitar estos problemas no es menos que una aceptación de los mismos. ¿Está bien eso? Por supuesto. ¿Son medidas suficientes? Ni tanto.

Medida 1: “El Cyber Monday durará dos días, para descomprimir la demanda.”

Problema: todo el mundo sabe que en una campaña promocional con grandes ofertas, el stock de las mejores se acaba primero. Podrán estirar la campaña 10 días y no lograrán evitar que el día 1, a las 00 hs, exploten las visitas. ¿Qué pasó entonces? Exactamente eso. El domingo a la medianoche los sitios más reconocidos estaban caídos e inaccesibles.

Para manejar el inusual tráfico otro concepto “interesante” que utilizaron (sí, estoy siendo irónico) es el de hacer cola para comprar en Internet. No me lo estoy inventando, lo juro. A las pruebas me remito:

Medida 2: “El Cyber Monday contará con rebajas que podrían llegar al 50%”

Problema: una de las críticas más repetidas que se mantiene presente desde la primera edición es la falta de ofertas atractivas reales. ¿Qué se espera de la CACE en este sentido? Que monitoree de primera mano el catálogo de ofertas publicado y se asegure que las empresas participantes del evento se involucren con propuestas notablemente atractivas. Yo me pregunto cómo va a pasar esto si la CACE no asume responsabilidad sobre este tema: en el documento de Términos y Condiciones de la campaña encontramos que “ni el sitio de Cyber Monday Argentina, ni la Fan Page de Cyber Monday ni CACE controlan ni son responsables de los descuentos y promociones ofrecidos por los anunciantes sobre productos y servicios en el marco de la Acción de Cyber Monday Argentina”. Se complica un poco la cosa, ¿no?

Por otra parte, en el primer día de lanzada la campaña, Mariano Amartino publicó en su blog Denken Über un oportuno y contundente artículo sobre un asunto que surgió en esa misma jornada: la CACE comenzó a enviar cartas a empresas y entidades que no se cuentan entre sus miembros, solicitando que dejen de usar el nombre “Cyber Monday” por ser una “marca registrada” por la Cámara.

Y acá la cosa se pone más complicada: ¿está mal que la CACE se adueñe de un término que referencia a un concepto de amplio uso en Internet y que genera crecimiento para todo el ecosistema del comercio electrónico? Seguramente. Pero considerando que el evento requiere de un gran trabajo de coordinación y difusión para garantizar su éxito, ¿es un error pretender evitar que cualquiera se suba al carro? Cuando criticamos la pobreza de las ofertas, lo que realmente criticamos es la falta de control por parte de la CACE sobre las empresas que toman parte. Si cualquiera utiliza el nombre plegándose a un esfuerzo que se sostiene sobre unos pocos, ¿cómo podemos esperar que se cumplan con las promesas que se realizan desde los organizadores?

Se me ocurren dos caminos diferentes como posibles opciones a seguir:

  1. Podría registrarse un nombre de fantasía nuevo y desarrollar un esquema de control más estricto con las empresas asociadas y participantes.
  2. Podría fomentarse la actividad como un esfuerzo del sector, sin controles centrales y un desarrollo principalmente orgánico.

Es verdad: debería creer también en Santa Claus, los Reyes Magos y el Chupacabras porque si consideramos la posición legal que toma actualmente la Cámara y la cantidad de dinero y esfuerzo que ha invertido en los últimos años bajo el término “Cyber Monday”, es lógico suponer que todos los cambios se hacen para que todo siga igual.

Reclamar por el uso indebido del nombre sin responsabilizarse por los descuentos y promociones ofrecidos resulta una opción muy cómoda para los organizadores, una opción que no ayuda a solucionar el mismo problema que se repite año tras año, por el cual muchos reclaman y que se está convirtiendo, poco a poco, en un atributo caracterizador de la marca de esta campaña nacional de ofertas que no son realmente ofertas.

Publicado originalmente en el Blog Taylor Tenía Razón en La Gaceta.