Marty McFly y un futuro visto desde los ochentas. ILUSTRACIÓN DE ALEJANDRO MIGUELES.

La tecnología de “Volver al Futuro” en el presente, que era el futuro

Vengo a sumarme al tema de conversación del día, del cual todos hablan a lo largo y a lo ancho de la Internet. Hoy, 21 de octubre de 2015, es el día en el que el mítico personaje interpretado por Michael Fox en la trilogía «Volver al Futuro», el Marty McFly de 1985, se enfrentaría con nuestro mundo actual.

21 de Octubre de 2015

El futuro que se vislumbraba a finales de los ochentas no resultó muy aproximado a nuestra realidad; el sistema judicial no es muy eficiente porque todavía no abolieron a los abogados, el clima no puede anticiparse con exactitud de segundos (aunque podamos anticipar nieve en Octubre para Tafí del Valle) y aunque creía que no habíamos llegado a “Tiburón 19”, encontré que algún avivado ruso tuvo la idea de armar una de terror con ese nombre para este año.

Podríamos armar una larga lista de ítems con el detalle completo pero me voy a limitar a 5 referencias, algunas clásicas y otras no tan frecuentemente citadas, sobre la tecnología en el segundo episodio de la saga.

Autos voladores y combustibles orgánicos

Los avances en la automoción planteados en el film probablemente sean los que han quedado más desfasados de la realidad. Aunque estamos en un camino lento pero seguro para abandonar los combustibles fósiles, los autos eléctricos todavía tienen una participación ínfima en el mercado, aún en el primer mundo. ¿Y qué hay del vuelo? Evidentemente estamos más interesados en autos autónomos (que se manejen solos) donde las grandes automotrices y los monstruos de la Internet y la tecnología (Google, Apple, Uber) están invirtiendo fuerte; para coordinar vuelos ya tenemos bastantes dificultades con los drones.

Gastronomía y tecnología

En el futuro no existen más los mozos y los bares y cafés son atendidos por televisores que se mueven y hablan a través de una representación humana en sus pantallas que, cada tanto, se traba un poco y la hace tartamudear. Los televisores siguen siendo de tubo de rayos catódicos y hemos sumado pantallas en las mesas para ver promociones y vaya uno a saber cuántas otras cosas más.

La extinción del personal está en camino pero, por ahora, no deja de ser una excentricidad y las únicas pantallas en las mesas son las de nuestros teléfonos que no podemos dejar de mirar. La incorporación de redes, tabletas y sistemas ha aportado mucho a los procesos internos, pero no ha modificado aún la naturaleza de la atención al público en gastronomía.

Las botellas de vidrio siguen vigentes también, aunque Pepsi metió una interesante movida de marketing con una edición limitada de la botella que sale en el film, especialmente pensada para los fanáticos que no pueden parar.

Los videojuegos del futuro

Hay una breve escena en la que Marty McFly juega a un viejo arcade, de esos que usan pistolas y que todavía pueden encontrarse en algún reducto para padres con añoranzas. Dos criaturitas lo ven y, una vez que entienden la mecánica del mismo, lanzan un “¿Debes usar las manos? Es como un juguete de niños” y se marchan desilusionados.

La tecnología para jugar “sin manos”, basada en sensores de movimiento, no sólo está disponible en el 2015 sino que es accesible en términos económicos y masiva en función de su adopción (a través del Kinect para Xbox 360 principalmente). ¿Esto quiere decir que nuestros niños y adolescentes no juegan más como solían hacerlo? Muy equivocados: moverse va contra los principios básicos de un buen gamer que persevera en la técnica para dominar controles complejos a dos manos.

Wearables y el futuro de la indumentaria

Voy a dejar la estética futurista ochentosa para Gonzalo Beceda y su blog pero no puedo dejar de comentar sobre la ropa que habla y se ajusta al talle. En el 2015, la tecnología se encuentra con la indumentaria en los wearables, esos dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte de nuestro cuerpo interactuando continuamente con el usuario y con otros dispositivos. Igual por ahora estamos más cerca de los relojes, las pulseras y los anteojos que de las prendas de vestir que siguen viniendo por talle y con la problemática de siempre para el que sube o baja de peso de manera significativa y debe renovar su placard.

Domótica, casas inteligentes y teléfonos

Hablar de la casa del futuro implica hablar de Internet de las Cosas y de domótica y en “Volver al Futuro II” tenemos varios ejemplos de avances efectivos y elementos absurdos, todos a la vez.

Las puertas no tienen picaporte y se abren con botones, las ventanas se reemplazan por proyecciones de paisajes deslumbrantes, la comida no se calienta en un microondas sino que se prepara en un “hidratador”. Hay máquinas de fax por toda la casa. Muchas. Porque se ve que en el futuro íbamos a necesitar muchos faxes (¿?).

Quizás lo más cercano a la realidad sea el funcionamiento del teléfono, que está omnipresente en múltiples dispositivos a la vez: la notificación de la llamada entrante replica en los anteojos (de realidad virtual) y se atiende desde el televisor. Por si esto fuera poco, las comunicaciones son monitoreadas y un fraude queda en evidencia de manera automática (cualquier similitud con Snowden y Wikileaks es pura coincidencia).


Para el 2019 seguro retomamos la conversación con Blade Runner, un mundo bastante más sombrío sin ninguna duda, al cual esperemos no llegar. Mientras tanto los invito a volver a ver las tres películas de la serie con sus hijos y/o sobrinos, disponibles en Netflix o en algún canal del cable, donde las viejas películas siempre vuelven.

Publicado originalmente en el Blog Taylor Tenía Razón en La Gaceta